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  • diegoremirezesteba

With the eleven pick in the 2004 NFL Draft the Pittsburgh Steelers select….



Han pasado 17 años y 9 meses, desde que la frase que titula este artículo retumbó en el Madison Square Garden para dar paso al tercer quarterback (QB) de esa generación y comenzar una historia que tendrá su final en Canton.


Procedente de Miami University, Ben Roethlisberger llegó a una de las franquicias más importantes de la NFL, comenzó como suplente del gran Tommy Maddox y acabó con un récord de 15-1 y nombrado como el Novato Ofensivo del Año, hecho que no sucedía desde 1970 cuándo Dennis Shaw de los Bills fue el último mariscal de campo, en ser nombrado como el mejor novato ofensivo en una temporada.

Big Ben, revolucionó el juego en la posición de QB. Con 1,96m de estatura y 106 kg, se convirtió en una amenaza terrestre para los otros equipos, no tenía la velocidad ni el cambio de ritmo que podemos observar hoy en día en Jackson, Allen y compañía, pero en 2007 llegó a registrar 5.8 yardas por acarreo, más que Adrian Peterson, quien ese año promedió 5.6 yardas.


En 2006 se convirtió en el quarterback más joven en ganar un Super Bowl al derrotar 21-10 en Detroit a los Seattle Seahawks, ese día pasó a la historia y los Steelers sumaron su quinto Vince Lombardi.


Dos años después y tras una serie ofensiva de 88 yardas que culminó con el pase a Santonio Holmes, que me puso a saltar sobre una mesa de madera, volvía a ganar el Vince Lombardi. Esta vez los Arizona Cardinals con Kurt Warner, Larry Fitzgerald y Calais Campbell fueron los derrotados por 27-23.


Hubo un tercer Super Bowl pero esta vez Aaron Rogers se interpuso en el camino y son dos anillos para Ben y 6 Lombardi 's para la organización.


Muchas son las estadísticas que adornan la carrera de Roethlisberger, pero quiero usar este espacio para hablar de manera menos objetiva y que sea el corazón quien domine los siguientes párrafos.


Para mí e imagino que para muchos de los que leen esto, hablar de Big Ben es hablar de mi/nuestro gordo. Es hablar de un HOF, del quarterback que me/nos ha hecho reír, sufrir e incluso mentar más madres de lo que deberíamos.


Esa imagen del año pasado junto a su fiel escudero Pouncey, como Sancho Panza al Quijote de Cervantes, me hizo pensar y ver que el final estaba cerca. Este año, para no perder la costumbre y ya van 18 seguidas, nos regala una temporada más con marca ganadora, pase lo que pasé frente a Ravens.


En lo personal esta temporada he disfrutado más que nunca. Momentos mágicos como la victoria frente a Bills, la segunda mitad frente a los Vikings, las dos victorias ante Browns pero sobre todo un Ben que por momentos se sintió libre y quiso volver a correr y regalarnos momentos de antaño.


Pero sí con algo me quedo, es con la noche del 3 de enero de 2022 con el Heinz Field repleto enfrentando a los Cleveland Browns a los que volvió a demostrar que a un HOF, a Big Ben no lo puedes dar por muerto.


El acarreo de Najee Harris para sentenciar el encuentro, comenzó a mostrarnos que esto ya está por acabar. Después llegó un regalo por parte de otro rookie, Tre Norwood interceptó a Baker Mayfield para que Ben pudiera postrarse en formación victoria ante su ciudad, su equipo y su gente en su último partido en el Heinz Field.


Vuelta de honor, lágrimas, entrevista, abrazos, para acabar con el puño en alto, demostrando la resistencia y fortaleza del acero que sujeta los 446 puentes de Pittsburg, antes de encarar los vestidores con aquellos que en el día a día han convivido con el Ben, papá, marido, hijo o amigo, fuera de los terrenos de juego y sin los pads.


Solo me queda decir Thank you, Ben. El futuro puede ser incierto en la posición de QB pero desde ese QB sneak se volvió inmortal para los Steelers.


Así que lo que empezó en 2004 en el Madison Square Garden y acabará en Canton con Pittsburgh como puente de unión, será para siempre y por siempre.



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