Una rookie class pequeña pero importante

En la entrada anterior lo dijimos: los Dolphins llegaban al draft con pocas selecciones. En realidad el draft para Miami empezó hasta el sábado, en la tercera ronda. Pero no nos confundamos, los Dolphins fueron de los equipos que mejor uso le dieron a sus picks de primera y segunda ronda.

Por eso podemos decir que esta rookie class es importante; porque esos picks de primera y segunda ronda se fueron a los trades que permitieron que Jaylen Waddle y Tyreek Hill llegaran al equipo, conformando uno de los cuerpos de wide receivers más rápidos de la liga.

Y algo también importante a considerar es que entre todos estos trades, el general manager Chris Grier ha tenido la cautela de conservar dos selecciones de primera ronda de 2023, en caso de tener que buscar a un quarterback de esa generación que viene tan cargada de calidad en la posición. Yo soy de los que siguen creyendo que Tua dará el ancho este año, pero Grier tiene que ver esto como un negocio y cubrirse con esa posibilidad.

Ahora, los picks del draft. En tercera ronda Miami hizo lo que tenía que hacer y elegir al mejor linebacker disponible: Channing Tindall, un jugador muy atlético que quedó campeón de colegial con Georgia en su último año. Después de reparar la línea ofensiva en agencia libre, esta era la siguiente necesidad a cubrir.

En cuarta ronda llegó el WR Erik Ezukanma. A simple vista, Miami no necesitaba más receptores, pero Ezukanma es un jugador grande y corpulento (ni Waddle, ni Wilson, ni Hill lo son) que llega a potencialmente cubrir el vacío que dejó la partida de Devante Parker a New England.

En séptima ronda llegó otro linebacker, Cameron Goode, y el quarterback Skylar Thompson, piezas especulativas y de profundidad. Lamentablemente no llegó el esperado Matt Araiza, punter estrella sensacional. Lo peor es que se fue a los Bills, rival divisional, ¿pero qué le vamos a hacer? No se puede tener todo.

Independientemente del draft, estén pendientes de los Dolphins. Van a ser un peligro este año.