Los Texans en el 2022
La clave sigue siendo Deshaun Watson
El QB de 26 años que llegó al equipo en la primera ronda del Draft NFL 2017, sigue siendo un ancla sobre la que los Houston Texans erigirán su futuro cercano. Ya no en el terreno deportivo, pues según lo visto está temporada 2021, Watson ya no cuenta en lo más mínimo. Resulta claro que si los Texans lo hubieran querido utilizar, lo hubieran hecho, pero el escarnio de la opinión pública por las denuncias civiles del jugador, es un costo mediático que Houston no estaba dispuesto a absorber.
Ya habrá tiempo para ahondar en el tema legal de Deshaun Watson en la offseason, pues aún tenemos un partido pendiente en la semana 18 contra Tennessee, en la que los Texans buscarán una de dos cosas: bajar a su rival divisional del sembrado uno de la AFC en caso de conseguir la victoria, o mejorar su posición para el próximo draft, en caso de derrota. Y siendo sinceros, no se ve cómo pueda Houston derrotar a unos Titans que vienen en carrera dos y motivados rumbo a los playoffs. Pero ¡hey! peores cosas se han visto en la última semana de cada temporada, además, una de las derrotas que tiene el equipo de Mike Vrabel fue justamente en la semana 11, en casa contra los Texans.
El próximo domingo, Houston recibirá al líder actual de la AFC con la última audición de la temporada para jugadores como Davis Mills o Nico Collins, incluso tanto Brandon Cooks como Rex Burkhead querrían mostrarse con miras a ser buscados por otros equipos en 2022. Después del partido, se conocerá el destino del HC David Culley, y comenzará la verdadera telenovela.
La campaña por la venta de DW4
No bien termine la temporada regular, se pondrá en marcha toda una campaña mediática en favor de un posible traspaso de Desahaun Watson. Ya vivimos un escenario similar, casi un mes previo al trade deadline en noviembre pasado, en que todos los esfuerzos de comunicación de Houston, tanto del equipo como de la prensa afín, estuvieron encaminados a poner a Watson prácticamente a un paso de firmar con los Miami Dolphins, mismos que aguantaron la embestida y, al menos hasta ahora, han confiado en su QB Tua Tagovailoa.
Ahora se hablará de Denver, de Pittsburgh, de Carolina, o incluso de Miami otra vez, o de cualquier equipo que tenga aunque sea una ligera duda en la posición de quarterback. Todo para lograr el objetivo principal de la franquicia: salir del tema Deshaun Watson con el menor daño posible, tanto moral como económico.
Y para eso se tiene una fecha límite. El quinto día del nuevo año de la NFL, el contrato de Watson se vuelve garantizado, obligando a los Texans a pagar 37 millones de dólares al jugador, esté disponible o no, esté activo o no, juegue o no. Es un contrato que está sustentado en salarios base, lo cual impide que sea cortado simplemente porque el salario garantizado se vuelve inasumible. Si Houston simplemente se deshace del QB, el impacto salarial sería de más de 51 millones de dólares, además de que no obtendrían compensación alguna.
Ahora bien, si Watson es traspasado antes de esa fecha, el nuevo equipo sería quien asumiera el garantizado, liberando a los Texans de cualquier responsabilidad contractual, y dejando también una compensación que se habla, podría ser de hasta tres selecciones de primera ronda.
Hemos visto ejemplos recientes de que la NFL valora el talento por sobre muchas otras cosas, y Deshaun Watson lo tiene, y de sobra, pero el tamaño de su contrato es proporcional al tamaño de los problemas en los que se encuentra metido. Tal parece que el mejor escenario para los Texans, si es que no logran traspasar al jugador, es que sea condenado por la justicia, y así, quizá podrían recuperar algo del dinero invertido en él.
Todo se va a resolver, tarde o temprano, pero lo único cierto es que nos espera una temporada baja muy movida para los aficionados a los Houston Texans. Y aquí estaré, pendiente de todas las noticias para reportarlas con ustedes.
Agradezco sus comentarios en este artículo o en las redes sociales tanto de FreakNFL como mias.