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El día que un tuit cambió mi vida (y me hizo Brown)

Por Alejandro Medina


Hace poco más de 10 años abrí mi cuenta de Twitter. Eran, en aquel entonces, mis primeros días como periodista y la plataforma, en la que hoy está presente buena parte del mundo, apenas daba también sus primeros pasos.

Los trends de aquel entonces no eran ni de cerca lo de hoy, existían cosas como los martes de Chuck Norris, en los que se compartían cualquier cantidad de memes o los #Lunescucho, hashtag para mostrar la música que estabas escuchando.

Sin embargo, lo que más me llamó atención desde un principio de la red fue la posibilidad que existía de poder escribir un tuit a alguna persona famosa o importante y que pudiera, con suerte, llegar a responderte.


Fue justo un hecho de esta naturaleza el que me cambió para siempre. Toda la vida he sido fanático del fútbol americano, recuerdo, desde muy pequeño, sentarme a ver juegos y juegos cada domingo frente al televisor al lado de mi papá.

Apoyábamos a Dallas, su equipo, y nos emocionábamos con sus jugadas, victorias y derrotas, sin embargo, conforme fui creciendo empecé la búsqueda de mi propio conjunto, miré cualquier cantidad de partidos y me probé varios jerseys.

Pasé así un buen tiempo hasta que 2012 finalmente tomé rumbo, siendo el culpable de ello Joe Haden. El esquinero dio un partidazo con los Browns, su ex equipo, frente a los Steelers, ganando finalmente el encuentro 20 a 14.

Pero no fue precisamente el partido lo que me hizo ser Brown, sino la emoción que me generó el que me respondiera un tuit que le escribí para felicitarlo por la victoria.

Fue un “Thank You, let’s go Browns”, lo que me marcó para siempre. Compré su jersey, me lo puse y desde ese momento jamás me volví a quitar el café, naranja y blanco, eso aún cuando los tiempos tampoco fueron los más sencillos.

Hoy pareciera ser que son momentos mejores, pero sea cual sea el resultado mi respuesta siempre será una: Go Browns.

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